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Sobre el Templo del cuerpo.

Con frecuencia le digo a las personas con que trabajo que el cuerpo es el templo donde la existencia se hace posible y que no es posible que todos seamos obligados a desear tener el mismo "tipo" de templo, es en la diversidad de la naturaleza dónde se encuentra la riqueza y la belleza de la carne; comparto con muchas otras personas una visión en contra de la uniformidad de los cuerpos. Estoy a favor de la salud, pero la estética estereotipada o aprobada socialmente no siempre refleja salud, la delgadez no es sinónimo de salud, el estar muy ejercitado tampoco es sinónimo de bienestar;  una mujer o un hombre pueden encontrarse en los tablas de nutrición en el "peso ideal" y no encontrarse sanas ni orgánica ni emocionalmente, otras personas de igual manera podrán satisfacer los estándares de belleza del momento en el que vivimos y tampoco satisfacer, criterios de salud.

Tampoco estoy a favor del descuido de los cuerpos, pues es parte importante del cuidado del templo en que cada uno hace posible la existencia. Lo que veo seguido en el consultorio, ó con mis alumnas, amigos, familiares es la necedad de delinear los cuerpos, la obsesión por que las personas se vean en la forma en la que se supone que debieran verse.

Esta obsesión se refuerza socialmente de muchas formas; por ejemplo se le dice a  alguien: " adelgazaste mucho te ves súper bien, ¿cómo le hiciste?"  Se recompensa no pesar, se nos aprueba o se nos invita a ser cada vez MENOS CARNE,  no existe una sola revista  que no proponga un plan de alimentación para bajar de peso, para "verte mejor", se refuerza el plan socialmente, se disfraza la uniformidad de salud, de búsqueda de bienestar, así si una persona se siente a gusto con su cuerpo pero no se ve delgada aparece como conformista, mediocre, o poco disciplinada lo que no es necesariamente cierto.

Tras varias encuestas  que en diferentes semestres han hecho alumnos de nutrición , se han dado cuenta  de que se atribuyen calificativos positivos a las personas que tienen un cuerpo "atractivo", les quitan las cabezas a las fotografías y les preguntan a las personas que piensan de los diferentes cuerpos, incluso habiendo casos de personas que han perdido 10 kilos por salud pero que nunca aparecerían en una revista por su cuerpo ideal son calificadas como, flojas, descuidadas, poco asertivas, y los cuerpos atléticos aparecen con calificativos como: exitosos, disciplinados, responsables y asertivos.

Hacer tanto hincapié en las formas es despojarnos de todos los tesoros espirituales, emocionales que se traducen en carne, en su muy diversas formas, le digo a los alumnos y pacientes; es cómo si todos quisiéramos ser "patos" el mundo natural está lleno de otros seres, no es concebible esforzarnos tanto por todos parecer patos. Es además un método de control socioeconómico, del que ya no  hablare aquí.

Me preocupa que muchos profesionales de la salud, sin embargo jueguen el juego de la uniformidad, sin entender la complejidad del asunto carnal. Otros tantos;  juegan el juego de "el cuerpo no importa" lo que importa en la esencia, el espíritu y el talento. Este grupo de personas, siguen abogando platónicamente que lo único verdadero es el espíritu que queda después de la muerte, a ellos me gustaría recordarles que si en algún momento la existencia se convierte en algo que no es corporal; esa existencia no es humana, así que no hay discusión , la existencia se atraviesa desde y con la carne, si después hay otra realidad, no es humana, los talentos, los valores, los defectos, la pasión, la meditación y la vinculación con Dios o Dioses, es sólo corporal, así que benditos CUERPOS, que además funcionan de forma inanimada, yo no soy responsable de los millones de procesos perfectos que suceden en mi cuerpo, no los razono ni los hago consientes. de todas formas mi cuerpo funciona a la perfección, no lo elijo; sólo sucede; y sucede valga la redundancia en sangre, sinapsis, moléculas, fusiones químicas y físicas, ordenadas y complejas, EN ESTE MILAGRO CARNAL  está la belleza de la naturaleza.

Dice Clarissa Pinkola:

“Reducir la belleza y el valor del cuerpo a cualquier cosa que sea inferior a la magnificencia de la naturaleza, es obligar al cuerpo a vivir sin el espíritu, la forma y la exultación que le corresponden. Ser considerado feo o inaceptable por el hecho de que la propia belleza esté al margen de la moda actual, hiere profundamente el júbilo natural que es propio de la naturaleza salvaje."


"A disfrutar entonces, de nuestra gloriosa diversidad natural, que las diferencias se acepten, se exalten, se reconozcan, por el derecho de todos a vivir siendo nuestros cuerpos."

                                                                                                                                                                                                  Psic. Aridaí Barrera Castillo

 

 

 

 

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